Hoy, 1 de Febrero, solo aparecieron 4 en la salida: E. Zulle, J. Rominger, P. Tonkov y J. Bugno. A parte de que el personal se retiró éstas Navidades y todavía no se atreven a aparecer, el hecho de que no pare de llover hace que cada día sean menos en la salida, pero siempre, siempre, habrá alguien en el punto de salida para poder hacer, por lo menos, algunos kilómetros.

Cuando Zulle llegó, que lo hizo tarde por 2 minutos, había tres globeros en la salida pero mientras bajo la bici del automóvil los globeros, que no habían advertido su presencia, ya habían salido. Un oportuno grito, por su parte, hizo que Rominger, mas rezagado, avisara a los demás para que aminoraran la marcha hasta que Zulle se incorporase. Er Dergao, que hasta ahora no había fallado se quedó abandonado entre las sábanas, mas tarde escuchó como coreaban desde debajo de su sede un estribillo de no se que de "Cobarde, cobarde". De Pantani que tanto festejaba la subida a Competa, ni rastro.

Debido al aspecto amenazador de las nubes, decidieron no llegar a Competa para poder terminar antes ya que casi seguro llovería. Una hora antes estaba lloviendo pero aun así, allí estaban, masocas como los que más. Las predicciones meteorológicas globeras habían fallado.

Zulle veía que el calentamiento estaba siendo demasiado calentamiento y preguntó por quien lo dirigía. Le contestaron que Bugno, ¡cómo no!. Zulle recordó entonces anteriores crónicas en las que se hablaba de Bugno "El Calentaó" y ahora comprendió el porqué del apodo: velocidades de mas de 28 Km./h durante el calentamiento. Menos mal que Bugno, debido a la caída del árbol, no esta muy en forma que si no.......

Zulle llevaba tiempo sin coger la bici y este calentamiento estaba causando estragos en sus bielas. Además su "cabra" llevaba un ruido raro en la zona trasera que hacía que no estuviera muy pendiente de los tirones del calentamiento. Para no perder el grupo decidió ver el problema mas adelante, en la parada.

Bugno, sin contemplaciones, tiraba fuerte, calentando, y Tonkov, impresionante, mantenía su rueda en todo momento. Rominger y Zulle se descuelgan, en el calentamiento, y continuaron a velocidades más acordes con un calentamiento en un día frío y tras varios días sin saber nada de la "burra".

En la gasolinera de Torre del Mar esperaban los dos calentadores, Bugno y Tonkov, para un reagrupamiento. Atraviesan Torre del Mar como niños buenos, todos juntitos y con mucha precaución y después deciden subir hasta Algarrobo.

Comienzan la subida y Bugno y Tonkov, a rueda, descuelgan a los demás. Tonkov, desde que le dio caña a Er Dergao, está inaguantable.

La carretera hacia Algarrobo, siempre en mal estado, es un bache con trozos de asfalto. Pero lo que la hace mas divertida es que, debido a las lluvias incesantes, ese bache es un lago.

Al final llegaron a Algarrobo: Tonkov y Bugno juntos todo el recorrido, Zulle a 800 metros aproximadamente y descolgado Rominger.

Comienzan a analizar lo que le ocurre a la bici de Zulle y se dan cuenta que la cadena no pasaba por donde debía; se había salido de las roldanas (ruedas dentadas del cambio trasero). Pero ... ¿donde estaban las ruedas dentadas? ¿Estaban allí? ¿Por qué no se veían?. La verdad es que Zulle solía utilizar la Mauraora y no cogió la Babosa hasta encontrarse con los globeros lo que hacía que esta estuviera algo descuidada (4 años). ¿Cómo había podido llegar hasta allí con la cabra en semejantes condiciones?, en anteriores salidas, por ejemplo La Pared, ¿había podido subir las rampas, al 17 %, con semejante maquinaria?. Zulle tuvo que arreglar aquello con soplete, pico y pala, no se veían los dientes de las roldanas.

Las nubes amenazadoras decidieron pasar a la parte práctica del asunto y comenzaron a escupir a los globeros. Tras un breve descanso por parte de los mismos comienza el descenso. Bugno y Tonkov se dejan caer bastante rápido, Zulle consigue ponerse a rueda, pero Rominger, más prudente, desciende a una velocidad más acorde con el estado de la carretera.

Tras el descenso, los problemas, ¿mecánicos?, no acaban allí. Tonkov advierte a Bugno que lleva el cierre rápido, de la rueda delantera, abierto. Por lo visto, Er calentaó todavía no sabía como se cierra un cierre rápido, él creía que era roscando la tuerca y nada más. ¿Veis como son globeros entre los globeros?.

Otra vez juntos, comienzan el regreso, en cabeza, a 25 Km./h, Zulle y a su rueda Rominger seguido por los otros dos. Las nubes comienzan a escupir a los globeros incesantemente y Bugno y Tonkov, para evitar que se oxiden las burras, tomaron la cabeza del grupo tirando a unos 30 Km./h., Rominger y Zulle aguantan como pueden a rueda hasta llegar a Torre del Mar, donde el ritmo baja durante su travesía.

En cuento salen del pueblo Bugno, Tonkov y Zulle se ponen a 32 Km./h ¡qué alegría!. Zulle se asombra de la marcha de Tonkov. Este con rueda de tacos seguía a Bugno con su carretera y parecía no sufrir nada. Pronto comienzan Bugno y Tonkov a darse relevos o ¿estaban picados?. Zulle les sigue a duras penas y a Rominger se le ve cada vez mas lejos.

Llegaron a alcanzar los 39 Km./h y en algunos momentos Tonkov mantuvo durante largo rato los 38 Km./h. Zulle con el pulso a 190, en un suicidio no muy premeditado, decide darles un relevo. Su agonía duró unos largos cuatro minutos, su pulsómetro llegó a marcar 205, y en cuanto bajó el ritmo Bugno y Tonkov, adelantándole por la izquierda y por la derecha, imprimieron mas marcha. (No deberían realizarse adelantamientos por la derecha, por lo menos en carreteras transitadas). Zulle se sintió feliz al descubrir que hasta un pulso de 205 no le entran ganas de vomitar.

Siguió, Zulle, a cierta distancia a dúo de cabeza y esto hacía que su sufrimiento fuera mucho más intenso. De Rominger no se tenían noticias, lo adelantó hasta el comentarista de cola. Estas diferencias se mantuvieron durante unos 3 Km. hasta que comenzaron a hacerse mas grandes. Mientras en la cabeza eran capaces de mantener el mismo ritmo, a veces superior, Zulle, madurado intensamente, tuvo que aminorar la velocidad hasta llegar a unos 24 Km./h.

A la zona de abocatamientos llegaron Bugno y Tonkov, Zulle llegó algo mas tarde y bastante mas tarde llegó Rominger con una velocidad media, de todo el recorrido, de unos 22 Km./h aproximadamente.

Tonkov progresa y nadie sabe como ya que solo sale a entrenar algunos viernes, ¿dónde está el misterio? ¡Que nos lo cuente!

Por lo visto, Bugno se enteró hoy de su apodo de Bugno ¡qué cosas!, ¡anda que cuando se entere de lo de "Er Calentaó"!.


Manuel García Casado